miércoles, 23 de julio de 2008

COLABORACIONISMO Y DICTADURA




Foro/Presentación libro
Luz Arce, después del Infierno
Autor: Michael Lazzara
Editorial Cuarto Propio
Sala Ercilla
Biblioteca Nacional
21 de julio de 2008

Colaboracionismo y Dictadura

Leer este libro de Michael Lazzara permite entrar de lleno en una reflexión acerca de los distintos ámbitos en que se dio tan menospreciada práctica durante los 17 años de dictadura y en nuestra pactada y colaboradora democracia. La entrevista como género literario se transforma aquí un el instrumento que nos permitirá debatir, a partir del habla de la protagonista, acerca de los alcances del colaboracionismo en la dictadura. Una zona en donde víctima y victimario se confunden, donde los roles se mezclan y llegar a definirlos se hace una tarea difícil. Creo que no hay resistentes ni colaboradores químicamente puros.

El colaboracionismo con el terrorismo de estado se ejerció con particular ahínco y vehemencia por instituciones hasta hoy sacralizadas e intocadas, la Prensa, la Academia, los Tribunales de Justicia, los Partidos Políticos, hasta aquel hijo o hija de vecino que no quiso ver, que no quiso saber lo que ocurría en la casa aledaña a la suya en donde claramente algo estaba pasando.

Dolorosamente hay que incluir aquí, a quienes por las razones que sean, pasaron de comprometidos y comprometidas militantes a colaboradores, dando lugar a una extensa gama, desde los que se transformaron en entusiastas funcionarios hasta los “sálvese el que pueda”, para ellos y ellas habrá un valoración ética y moral acorde con los códigos que nos rigen en nuestra cultura. Serán sus testimonios, sus memorias y desmemorias, sus acomodos, sus aggiornamientos, sus mitos los que valoraremos como herramientas útiles para la obtención de la Verdad y la Justicia, para devolverles la dignidad a tantos y tantas y a un proyecto político, silenciado desde las esferas oficiales, la Unidad Popular.

Desde distintas esferas se tiende a responsabilizar de las violaciones de los derechos humanos a moros y cristianos, los hay incluso que exigen que nos hagamos un mea culpa quienes participamos como activos militantes de izquierda, fácil receta que diluye en la pluralidad de actores la responsabilidad de la implantación en Chile de un modelo genocida. Todos y nadie habríamos colaborado con la dictadura.

Pero así como en el plano jurídico se busca determinar si se actuó con o sin discernimiento, en los planos políticos, morales y hasta de relaciones interpersonales, hacemos lo mismo, por tanto adjudicamos mas o menos responsabilidad a unos y otros.

No será lo mismo la confesión obtenida bajo tortura, que aquella que una vez torturada no solo confesó, sino que después se dispuso a colaborar con quienes la torturaron, cobro un salario por su actividad y se relacionó afectivamente con su victimario. El refranero popular , en su sabiduría nos dice: “Hechos son amores y no buenas razones”.

Los aportes, algunas personas, algunas colaboraciones, usted póngale las razones

La prensa

Un caso emblemático es el titular de La Segunda, perteneciente a la cadena de El Mercurio, que en julio de 1975 titulaba en portada, “Exterminados como ratas”, haciendo referencia a lo que ahora conocemos como Operación Colombo. Se hicieron eco de esta mentira preparada desde las oficinas de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), el mismo Mercurio y La Tercera. Los periodistas no reportearon, no cotejaron la información, no investigaron, justificando así la desaparición de 119 de nuestros familiares.

Hoy se habla de un “juicio ético” a los profesionales que participaron de esta y otras maniobras tendientes a manipular maliciosamente la realidad, por cierto, la mayoría de ellos goza de buena salud.

La democracia colaboró sin siquiera un gesto de mal de gusto con estos medios entregándoles el avisaje estatal, permitiendo que sucumbieran los que durante la dictadura denunciaron sus arbitrariedades . La Época, Análisis, Apsi, la Bicicleta, Cauce, entre otros, se acaban por falta de financiamiento.

Los Tribunales de Justicia

Mas de 9000 recursos de amparo se presentaron, todos ellos rechazados, sin siquiera la intención de investigar, desde la comodidad de sus oficinas en el Palacio de los Tribunales, fueron denegados.
Si hasta un Presidente de la Corte Suprema, quedará apodado por el resto de sus días como el Curco Bórquez, haciendo alusión a la respuesta que da a los familiares que reclaman justicia…”Me tienen curco con eso de los desaparecidos”.

El rol de la Justicia sigue siendo cuestionado, ha hecho caso omiso de los irrefutables antecedentes que prueban la existencia de un estado terrorista. Prescripciones, medias prescripciones, amnistías y condenas que no se condicen con la gravedad de los delitos cometidos, son, salvo excepciones, el granito de arena que gentilmente hacen a la dictadura, antes y ahora.

Nuevamente la democracia no se queda atrás, jueces como Alfredo Pfeiffer quien hace una profesión de fe en favor de los perpetradores, son postulados para ascender a la más alta magistratura.

Los Partidos Políticos

El soporte ideológico de la dictadura está en la derecha política, la que durante el período de la Unidad Popular, se despojó de sus ropajes pseudo- democráticos e incentivó el golpe de estado, participando activamente en el apoyo financiero, político y comunicacional del dictador.

Esa misma derecha populista de hoy, beneficiada por la Constitución del 80 y el sistema binominal, vota en contra, en noviembre de 2007, de la ratificación de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas…¿Alguna duda acerca de su colaboracionismo?

La Academia

Desde las aulas se justificó, se entregó, se expulsó, se marginó a todos aquellos que no levantaban loas a la dictadura. Las Universidades dejaron de ser el punto de inflexión del pensamiento, la cultura cayó en el concepto de “enemigo interno”…

Gonzalo Vial Correa, historiador, periodista y abogado, ayuda en la redacción del Libro Blanco donde se denuncia un mentiroso Plan Z para justificar la represión, una vez más nuestra recuperada democracia colabora, esta vez nombrándolo como integrante de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación….acudamos nuevamente a la sabiduría popular, esta vez diríamos “el gato cuidando la carnicería”.

El mundo de las cosas no dichas

Podría seguir con infinitos ejemplos de colaboracionismo y colaboracionistas en particular, la dictadura se jugó por quitarnos todo rasgo de humanidad, trató de aniquilarnos, con mayor o menor éxito, eso dependerá de la óptica y estoy segura que habrá muchas, casi tantas como seres humanos hay, pero históricamente se han dado aquellos sujetos que se pasaron al otro bando, que traicionaron lo que eran sus principios, tienen nombre genéricos, yanaconas, Malinches, cobardes, Judas, ninguno de ellos alude a sus posibles virtudes.

Sin duda, el espanto nos recorre con testimonios como los de Osvaldo “El Guatón” Romo, los alicates para apretar pezones no pueden dejar indiferentes a nadie, pero ocurre que en este mundo de cosas no dichas, nadie asume el rol de accionar el enchufe para picanear, nadie dio una patada, nadie practicó el submarino con los prisioneros. Los que ahora dicen aportar con su testimonio fueron analistas, choferes, administrativos, desde esa asepsia del lenguaje no se sienten vinculados con la máquina de matar.

Colaboracionista no es una palabra neutral, de hecho las palabras no son neutrales, los silencios no son neutrales, la memoria no es neutral, yo no puedo ser neutral, por tanto, desde mi no neutralidad, permíteme decirte LUZ ARCE SANDOVAL, que tus palabras, las que usaste en el transcurso de todos estos años de entrevista, no te exculpan, por el contrario, me ponen frente a una mujer camaleónica, acomodaticia, egocéntrica y manipuladora.

Si tomo en serio tu testimonio, todo ocurrió por el factor “suerte”, todo ocurrió por el factor determinista del destino, todos eran tontos como dices de algunos de tus jefes, menos tú. Aquellos que tu entregaste y que hoy no están, de pura “mala pata”, total parece que eso de ser “sujeto de tu propia historia” no va contigo.

¿Pero sabes Luz Arce? Había alternativas, te cuento, Carlos Contreras Maluje prefirió tirarse bajo las ruedas de un bus antes de entregar a sus compañeros,, Sebastián Acevedo prefirió inmolarse por denunciar que en Chile se torturaba, solo por darte algunos ejemplos extremos. Sabemos de tantos y tantas otras que en medio de esos tormentos, encontraron un espacio de que asirse para mantener su consecuencia, una canción repetida miles de veces, un recuerdo repetido hasta el cansancio, por tanto, de haber….había.

Pero en un rasgo de clemencia para contigo y para no aparecer ahora yo como una poco comprensiva con lo que te pasó, acepto lo que hiciste, caíste presa cuando eras una experta en marxismo, una eximia conocedora del Manual del Guerrillero Urbano, y armabas fusiles AKA como quien arma un juguete LEGO, por tanto nada sabías lo que ahora sabes en tu nueva condición de católica practicante……..el libre albedrío, es decir, la libertad para tomar una decisión y claro tomaste las tuyas cuando eras una materialista dialéctica.

Lo lamento, creo que la historia no te absolverá, pero de los arrepentidos será el reino de los cielos, cada cosa tiene su contraparte.

Yo, la Gabriela Zúñiga, esposa de Alvaro Barrios Duque, ese militante de la periferia según tus propias palabras, a quien entregaste, perdón, no fuiste tú, tú solo acompañaste a Patricio Alvarez a mi casa, porque era tan poca cosa que según tus cálculos no era para hacerlo desaparecer y quien desde el 15 de agosto de 1974 no está, YO…..ELIJO NO PERDONARTE.