viernes, 28 de marzo de 2008

AUTORRETRATO........A LOS 55


La edad de los árboles se puede determinar por el número de sus anillos grabados en el tronco, así me siento, la memoria ha ido grabando cada uno de los grandes hechos, cierto que me ha jugado algunas trampas, no grabó la quemadura feroz, de eso no hay recuerdos, solo queda un brazo deformado como evidencia.
La bicicleta grande, celeste, aro 28, las manos doloridas por apretar tanto el manubrio en un afán de equilibrarme, la primera menstruación, el primer beso robado y ese calor en las mejillas. Una inexplicable lluvia de caramelos que viví el día en que aprendí que lo mágico era posible.
Varios anillos corresponden a mi juventud, envejecí de pronto, el golpe de estado, la desaparción de Alvaro, la soledad, el miedo, la fuerza, la increíble necesidad de rescatar la vida y en medio de todo, nombres olvidados, situaciones olvidadas, lugares borrados, distorsiones y el reinvento de lo vivido.
Una memoria reciente, el nacimiento de mi hijo, yo transformada en una teta gigante, amamantando en un estado de gozo indescriptible. Una desmemoria, la muerte de mi padre, ¿que día?, ¿hace cuantos años?, se agrega a todas aquellas cosas, olores, sabores, colores, alegrías y dolores que forman parte de mi identidad.
Esa soy yo, incluyendo la memoria de ser mujer, pobre, sudaca y marginal que me iguala a tantas otras en el intento por traspasar la corteza en busca de los anillos que nos permitan recorrer nuestra silenciada historia.