miércoles, 30 de enero de 2008

EL RITO


(A mi padre en su mes natalicio)

Dicen que todas las culturas y todas las personas, cual más cual menos, tienen sus propios rituales que las diferencian e identifican, que las conectan con lo trascendente. Osvaldo no era la excepción, con el correr del tiempo los había pulido, extendido, adecuado, pero nunca había prescindido de ellos.
Los tenía de variados tipos y para distintas ocasiones, pero había uno que se mantenía en el tiempo, perfeccionándolo cada día. Sus inicios se remontaban a la época en que había dejado de ser un mocoso imberbe, los primeros pelos aparecieron en su rostro cuando tenía no más de 16 años y desde ese preciso momento dió inicio a la que sería su principal rito, se dedicó exhautivamente a recrearlo con paciencia y dedicación.
Empezó por esa molesta sombra sobre el labio superior, siguió por uno que otro pelo en las mejillas, la pretensión lo hizo esmerarse también en las "patillas o chuletas", que eran recortadas más cortas o más largas según lo dictara la moda del momento.
Llegó a tal su perfección que sentía que no era él si por la mañana, temprano, no se instalaba en el baño con todos los elementos que le permitían traerlo de vuelta a su identidad, después de una noche de sueños que lo transportaba a otro lugar donde no era el Sr. Zúñiga compuesto y serio, sino un cuentacuentos vestido de cualquier manera y además con una barba hirsuta.
A sus 40 años, era un eximio en eso del arte de quitarse la barba y recortar el bigote, la modernidad ya hablaba de máquinas eléctricas que facilitaban el proceso, que podían ser usadas en cualquier parte -donde hubieran electricidad, por cierto- y que emitían un ruido como de panal de abejas. Él nunca las consideró, más bien creía que no permitían un acabado perfecto.
Para que hablar de las espumas cosméticas, solo el jabón repartido generosamente en el rostro hacían posible que la metálica hoja de una Gillete se deslizara de tal modo, eliminando todo vestigio de pelo.
El bigote era tratamiento aparte, las puntas, los bordes, siempre simétricos, a lo Clark Gable. para lograr tales efectos, apretar los labios y soplar provocando un globito, era absolutamente necesario para obtener una superficie tensa, acercarse y alejarse del espejo, acompasadamente también, por descontado las muecas que acompañaban dicho rito. Simplemente era todo un lujo observarlo.
A sus 50 años, encontrar las famosas hojas para afeitarse era casi como dar con la Ciudad perdida de los Césares, recorrer barrios de la periferia en su búsqueda, fue una actividad que se agregó al rito y también, se agregó a todo aquello, la compra de unas pinzas, para sacar esos pelos de la nariz y de las orejas que se asomaban. Se acercaba la vejez y esta tenía que ser digna.
A sus 60, casi todos sus adminículos se estaban transformando en piezas de museo, pero eso hacía más interesante aún que él mantuviera esa costumbre, sentía que estaban en peligro de extinción él y sus instrumentos, ya no quedaban hombres auténticos, pensaba.
A los 70, se extinguía de verdad, olvidaba donde guardaba sus preciadas Gillete, a veces no daba con la ubicación del baño. Ahora habitaba un mundo en donde la apariencia, el jabón y las hojas para afeitarse no se requerían como documento de identidad.

jueves, 10 de enero de 2008

AYUDA MEMORIA




Edmundo Pérez Yoma , mírelo bien, este es el

personaje


Chileno


Abogado


Demócrata Cristiano bien asumido, 6 hijos, "el sexo se ha hecho para procrear" se le oyó decir en más de una oportunidad


Ministro de Defensa desde 1994 al 16 de enero de 1998, en el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle


Aporte a la sociedad: Creación del Penal Punta Peuco, conocido como un centro vacacional y recreacional para violadores de derechos humanos. 1995


Entre enero del 98 y agosto del 99, se toma un respiro en Argentina, ejerciendo a veces el cargo de Embajador, entre sus largas caminatas por Palermo, la compra de una que otra chuchería en San Thelmo el día domingo y el disfrute de un buen lomo chorizo, se le ocurre una brillante idea, que pondrá en prática de regreso a su amado cargo de Ministro de Defensa Nacional, el que reasume un día 22 de junio de 1999.


Una vez instalado en su buffet del Edificio Diego Portales, se siente como en casa, los militares son lo suyo, se le ha metido entre ceja y ceja, una cristiana idea, sentar a la misma mesa a torturadores y torturados, a violadores de los derechos humanos y sus víctimas, está convencido de la buena voluntad de los miembros de las FFAA y de Orden, los mismos que hicieron desaparecer a hombres y mujeres, que recrearon y pulieron la "parrilla", que quemaron con soplete la cara y las manos de sus víctimas para que no fuera cosa que los reconocieran, que degollaron.


Manos a la obra se dijo y el 21 de agosto de 1999, se manda el discurso que da por iniciada ............tatatannnnnnnnnnnnnn..........................LA MESA DE DIÁLOGO.


De los 1.197 detenidos y detenidas desaparecidas, casi toditos habían sido lanzados al mar, 40 millas al interior del mar de San Antonio, decían o bien tirados en minas abandonadas, decían, los mataron rapidito, nada de sufrimiento tuvieron, ni siquiera los alcanzaron a torturar, la hicieron cortita se deducía.


Juan Luis Rivera Matus, militante comunista detenido el 6 noviembre de 1975 era uno de los mencionados como arrojado al mar en el Informe que entregaron las FFAA a la Mesa de Diálogo, sin embargo, gracias a las investigaciones sustanciadas por la jueza Amanda Valdovinos, sus restos fueron encontrados en el Fuerte Justo Arteaga, en Colina, ahi tus amiguis, en los que confiaste tú Edmudo, te metieron "el pico en el ojo".


Pero tu prontuario suma y sigue, en tu último período como ministro de Defensa Nacional, decidiste vengarte de las FFAA y agregaste a la lista de contratistas a tu hermano FRANCISCO PEREZ YOMA, el dueño de la empresa constructora conocida como COPEVA, la de las casas de nylon, la misma que engañó a miles de pobladores haciéndoles creer que tendrían un techo digno, tanto fue el impacto que causó la gracia de tu hermano, que ya no podis tener una casa que se te gotee, porque de una te dicen "ni que fuera COPEVA poh".


Hoy estás de vuelta en gloria y majestad, esta vez como Ministro del Interior, como Jefe Político del gabinete de Michelle Bachelet, metiéndole a todo un país EL PICO EN EL OJO.